Ayer tenía lugar en el Aula de Cultura de CajaMurcia, una de las conferencias programadas por la Concejalía de Cultura, enmarcada dentro del primer trimestre de actividades del 2014. Manuel Gea Rovira, fue el encargado de conducir la ponencia que trató sobre la historia y trayectoria del Monasterio de Santa Ana.
Bajo el título, "Monasterio Salvado y Glorioso" Gea Rovira explicó de manera documentadísima y con rasgos muy elaborados, la ruta histórica del nacimiento del convento de santa Ana desde la ermita de la santa, por influencia del pueblo y el Concejo y a elección de los frailes reformados de san Pedro de Alcántara para fundar convento en la ermita el 4 de agosto de 1573 y luego desplazarse a levantar convento de obra en 1580, "con tapias de tierra revestidas de capa fina de cal".
El convento, explicó, era pequeño y pobre, pero al final del siglo XVII se hicieron importantes obras que lo convirtieron en un verdadero Monasterio, como se le calificó por distintos autores desde el Concejo de la Villa, el Canónigo Lozano y Lorenzo Guardiola, con González Simancas.
Manuel Gea además habló sobre las consecuencias para los conventos y monasterios tras las guerras de isabelinos-liberales y carlistas, por las que se suprimieron conventos con menos de doce religiosos, desapareciendo entre 1820 y 1836, un total de 892 conventos de los 1.940 que existían en España, con 30.000 religiosos de distintas órdenes religiosas. "El Estado tardó muchos años en pagar una pensión a los frailes exclaustrados, siendo un crimen de humanidad dejarlos a merced de si los admitían en parroquias, o sus familiares estando enfermos, terminando en la mendicidad más penosa muchos de ellos", explicó.
En este sentido, uno de los conventos de Jumilla, que sufrió estas consecuencias fue el de Las Llagas, que fue incendiado. Sobre el de Santa Ana, Gea Rovira explicó que "aunque no pudieron subastarlo, lo robaron y maltrataron su biblioteca, aunque por suerte, sobrevivió a estos avatares".
Por último el ponente, repasó la época de mayor esplendor del Monasterio, en el siglo XX, tras el acoso sufrido durante siglo anterior. "Excepto la corta involución de la guerra civil de 1936, el Monasterio permanece unido al pueblo y muy bien considerado por el trabajo y colaboración de sus frailes con la ciudad, que lo aprecia y le da fama y crédito, pues es todo actividad y acogida de gentes que buscan sus ofertas de cursos, retiros espirituales y turismo" indicó.
Como buen literato Manuel Gea finalizó poéticamente su recorrido histórico, afirmando "este monasterio nos acrecienta la luz de los ojos, nos despeja incógnitas del infinito, nos enseña a pensar con altos vuelos de la mente, y en vuelo raso da a conocer la sencillez de vida y la humildad. La mente busca la paz de los luceros encarnados en la faz de los cuatro Cristos y la Señora santa Ana y los colores de la paleta de Dios, como pintura cordial de nuestras vidas".