Esta mañana se han presentado las obras de restauración de la Fuente de Sopalmo y las mejoras etnográficas y para la fauna realizadas en su entorno. A la visita han asistido la alcaldesa de Jumilla, Juana Guardiola, el concejal de Montes y Medio Ambiente, Juan Gil, el pedáneo de Las Encebras, Francisco Molina, así como Manuel Cava, en representación de la empresa contratista de las obras (Ingeniería del Entorno Rural, S. L.), vecinos de la pedanía y componentes de la Asociación de Mujeres Rurales de Las Encebras.
La rehabilitación se ha realizado en dos fases con un coste de 35.424 euros. En la mina ubicada a mitad de la ladera se han llevado a cabo actuaciones de limpieza de raíces, mejora del drenaje y se ha instalado una puerta. Al pie de la ladera se han ejecutado trabajos para la recuperación de las pozas, el lavadero tradicional de piedra y el punto de agua para los animales. La balsa tradicional existente más abajo de las pozas se ha limpiado de sedimentos. Las conducciones existentes entre la mina y la balsa también se han mejorado, instalando un tramo de teja árabe entre las pozas y la balsa tradicional.
En definitiva, una recuperación integral del manantial, aumentándose el caudal desde 2 a 180 litros/hora. Los trabajos han tenido una duración de dos meses, realizándose varias excavaciones de forma manual.
La alcaldesa, Juana Guardiola, ha resaltado la importancia de conservar el patrimonio que recibimos de nuestros antepasados. "Se trata de un dinero muy bien empleado con el objetivo de que nuestros hijos y nietos sepan de esta riqueza que tenemos en Jumilla y conozcan cómo vivían nuestros abuelos y lo mucho que tenían que andar para conseguir agua". Juana Guardiola ha manifestado que en el futuro se pretende seguir recuperando otros manantiales del municipio y ha aprovechado, además, para solicitar ayuda de otras administraciones.
El pedáneo de Las Encebras, Francisco Molina, ha recordado los orígenes de la mina, que se remontan a hace más de dos siglos. "Mi bisabuelo fue uno de los constructores y hasta los años setenta ha servido para cubrir las necesidades básicas de agua de la pedanía y alrededores. De aquí bebían las personas, los animales y se lavaba la ropa".