Una política sin proyecto que en el presente año ha vuelto a demostrar la falta de ideas, de proyecto y de responsabilidad por parte de todos los que conforman el gobierno local.
Terminamos el año sin contar con presupuesto municipal, una extraña costumbre y peligrosa, del gobierno de Juana Guardiola, que tiene consecuencias y no menores, en los ciudadanos. Los colectivos locales, de todo tipo, vuelven a sufrir el retraso en el pago de sus subvenciones, dificultando su labor.
Es una extraña manera de apoyar el asociacionismo local dejando para el final del año la concesión de subvenciones y dándoles a modo de aguinaldo las cantidades comprometidas. Esta práctica es génerica, colectivos deportivos, sociales, educativos, etc, vienen sufriendo, a lo largo de toda la legislatura, la dejación de funciones a la que el concejal de hacienda nos tiene acostumbrados.
La gestión económica además, deja como recuerdo y por primera vez desde que está en vigor, el incumplimiento del período medio de pago a proveedores. Esta situación, unida a la falta de presupuestos, a la falta de ideas para las ordenanzas fiscales, etc, viene a demostrar que la gestión del área de hacienda no es ni mucho menos buena, es más, no es ni medio normal, es claramente nefasta y que las decisiones referidas a la amortización de préstamos responden única y exclusivamente, al aumento exponencial de los ingresos por el IBI.
La irresponsabilidad de este gobierno ha llevado en este año, también, a abrir el vaso olímpico de la piscina de verano sin las debidas garantías, decisión que ha llevado a vaciarla una vez terminado el periodo de apertura, desperdiciando miles de litros de agua cuando incluso unos días antes presumían ante los medios de comunicación del ahorro generado, un ahorro que han dilapidado vaciando la piscina para terminar la obra de la misma que no se concluyó en el momento oportuno. Es una muestra más de la irresponsabilidad del gobierno local.
No se entiende que con la situación económica sobrevenida no sean capaces de gestionar el dinero público con un mínimo de orden, inclumpliendo sistemáticamente las normas de contratación y dejando como balance más de 30 expedientes de reconocimiento extrajudicial de créditos por más de 1.395.000 euros y con 29 reparos de intervención.
Pero en el área de deportes no es la única metedura de pata más bien es la prueba de la norma que ha visto, por ejemplo, en la gestión de las instalaciones municipales una irregularidad tras otra permitiendo incluso peleas en su interior, o el acceso a las mismas para fines particulares por determinadas personas sin autorización formal, o como se exime del pago para acceder a la piscina cubierta a determinadas personas y no así a otras que por motivos de salud se les aconseja.
La gestión medioambiental del municipio ha dejado como muestras el tener que soportar malos olores de manera periódica, los jumillanos y jumillanas, o la extraña habilidad para la colocación de contenedores, de cubrecontenedores, que no cesa en la presente legislatura.
Los jardines del municipio están siendo desmantelados progresivamente, cada vez quedan menos árboles y cada vez más mantas de plástico que cubren las zonas que antes eran verdes. No resulta extraño si tenemos en cuenta que el concejal de jardines llama "raíjos" a árboles y no duda en talar decenas de ellos.
Esperamos que el gobierno de Juana Guardiola se apague el próximo año, como ellos han tenido y tienen, a Jumilla durante noches enteras, apagones en calles, jardines, etc, que lejos de reducirse también se ha convertido en norma.
En definitiva un gobierno que llega a su ocaso sin haber salido del mismo en ningún momento de la legislatura. Un gobierno que bien pudiera pasar a la historia por el gobierno del desgobierno, de la improvisación y de las rectificaciones.