La Concejalía de Bienestar Animal recuerda el peligro de la procesionaria para los animales domésticos. Se trata de una oruga de unos 4 cm de longitud, muy peluda, que se desplaza por el suelo cerca de lugares donde hay pinos.
Van en grupo, más concretamente en fila india, de ahí el apelativo “procesionaria”.Con que solo se acerquen los animales para olisquearlas les lanzan sus espinas con un tóxico muy irritante que hace que la cara y la lengua sufran una reacción muy dolorosa”.
Desde ahora y hasta julio, estas orugas desarrollan un sistema de defensa que libera sustancias tóxicas muy peligrosas sobre todo en animales domésticos. Febrero y marzo son los meses más peligrosos de la procesionaria del pino, que afecta especialmente a perros y gatos.
Si un perro entra en contacto con las orugas el animal presentará una salivación excesiva, se frotará la cara, la lengua se hinchará y, si no se establece rápidamente el tratamiento, puede producirse una necrosis de la parte afectada que acabe incluso en la pérdida de la parte del cuerpo afectada. La ingesta de esta oruga puede ocasionar la muerte del animal.
Como primera medida, lo que hay que hacer es lavarles la boca con agua, mejor si es caliente, pero sin frotar, ya que favoreceremos que las espinas se claven más. Es importante acudir con rapidez al veterinario.