Al norte de la región de Murcia, en pleno cerro de la comarca del Altiplano, se levanta una construcción medieval de más de tres siglos y medio de historia, una auténtica joya para los amantes de la historia y el arte; el Castillo de Jumilla.
Declarado Monumento Nacional, fue mandado a construir en 1461 por el Marqués de Villena sobre una antigua fortificación musulmana.
Sus emblemas
Dentro del Castillo de Jumilla destacan puntos emblemáticos que repasamos a continuación:
Torre del Homenaje: De cinco plantas (sótano, sala de tropa, sala del Alcaide, sala del bastimento y terraza) Es de estilo gótico y cuenta con planta trilobulada. Se hizo redonda para evitar el impacto de las balas de cañón. La puerta de entrada se encuentra en la segunda planta. Ofrece unas vistas inmejorables de la ciudad.
Patio de armas: Adosado en el lado oeste de la Torre del Homenaje, presenta en su lado sur dos aljibes de época árabe que podían almacenar hasta 97.000 litros de agua. Alrededor del patio figura un Camino de Ronda que da acceso a la Torre del Homenaje. En el patio se ubicaban las caballerizas, el armamento, el molino harinero y un almacén para tinajas.
Torre del Maestre: Destinada a la protección de la puerta principal, constaba de dos plantas. La superior protegida por almenas y la baja formada por tres aspilleras para situar un cañón.
Camino del Subidor: Este corredor da acceso al Castillo de Jumilla por el oeste. De origen árabe, unía el hisn del cerro con el arrabal situado en el llano.
Camino del Santo: Permite el acceso a la fortaleza del Castillo de Jumilla por el este, donde las murallas son más altas. Mantiene el antiguo trazado para carros, aunque en 2009 sufrió una remodelación que dotó al recinto de nuevas infraestructuras.
Sus dependencias
El Castillo de Jumilla permite visitar determinadas zonas en su interior a partir de su remodelación en el 2010.
Mazmorras: En el sótano. Se utilizaron hasta el primer tercio del siglo XIX y servían como almacén y reserva de agua, obteniendo la luz a través de una pequeña saetera que da al patio.
Sala de la Tropa: Planta destinada a los dormitorios de la tropa de la defensa del Castillo.
Sala del Alcaide: Es la estancia noble del Castillo de Jumilla y se divide en cuatro habitaciones. Aquí se encontraba la puerta de acceso.
Sala del Bastimento: Donde se almacenaba el armamento. Poseía un horno de tahona para la manutención de la tropa del Castillo y se comunica directamente con la terraza.
Terraza de armas: Es el mirador del Castillo de Jumilla. Está rodeada de almenas y cuenta con apertura de tres cañoneras y cuatro troneras de buzón. Es maciza y redondeada.
Aljibe: Se usaba para resistir los asedios y como reserva de agua. Tienen una longitud de 12 metros. Actualmente conserva una exposición permanente con la historia de la restauración del Castillo de Jumilla.
Ruinas: Son las antiguas dependencias del Patio de Armas.
Su historia
Los primeros asentamientos en la zona proceden de la Edad de Bronce, continuándose sus ampliaciones en los siglos posteriores durante la Edad de Hierro, cuando los íberos se asentaron convirtiéndolo en un gran poblado fortificado, y los romanos, que levantaron en torno a él una inmensa muralla que se conserva hasta nuestros días en el año 190 a.C. No obstante, una vez abandonada la Península, las fortificaciones cayeron en ruinas durante los siglos VI y VII d.C.
En abril de 713 los árabes atravesaron Jumilla en su intento de conquistar la península y comenzaron a construir una fortaleza sobre las antiguas ruinas romanas. En el siglo XI se construyó la fortaleza para protegerse del enemigo almorávide tras la desintegración del Califato de Córdoba.
Se prolongó en el tiempo durante cinco siglos hasta que en 1243, a raíz del tratado de Alcaraz, se incorporó a la Corona de Castilla junto al resto de la taifa de Murcia. Le fue cedida su propiedad a Alfonso Téllez Meneses por su ayuda y fidelidad en 1244.
Sobre esa antigua mezquita árabe, el rey Alfonso X el Sabio mandó a construir una ermita en la que colocar una imagen de la Virgen de Gracia que regaló al pueblo.
En el año 1294, el Reino de Murcia pasaría a estar en manos de la Corona de Aragón. Posteriormente, en 1304, Jumilla se acabaría adhiriendo al Reino de Valencia por la sentencia de Torreallas.
El 27 de abril de 1358 se daba por concluida la Guerra de los dos Pedros y Pedro I de Castilla se anexionaba el castillo para su corona, concediendo a la localidad el actual escudo de la ciudad basado en aquella batalla.
Durante la Guerra de Sucesión el Castillo de Jumilla sirvió como reunión para las tropas de la Casa de Borbón. Durante la Guerra de la Independencia (siglo XIX) fue utilizado como cuartel de las tropas francesas, convirtiéndolo en prisión.
En 1971 se iniciaron las obras de restauración del Castillo de Jumilla y en 1990 se realizó una excavación arqueológica en el cementerio e iglesia de Nuestra Señora de Gracia. En el 2000 sufrió otra gran remodelación.