Se ha consumado el arranque de los álamos en las obras de la Avenida de la Asunción, árboles que no estaban en mal estado excepto uno o dos y siendo algunos de ellos como los del Cuartel de la Guardia Civil, ejemplares dignos de ser conservados. Hay que seguir lamentando la pérdida de la cultura de los árboles maduros y adultos, que en muchas ocasiones no se pueden sustituir por ese nuevo arbolado que casi parece de plástico o de juguete puesto que no tiene ni las dimensiones ni la utilidad que los grandes árboles.
No es cierto que vayan a haber más árboles, van a ser los mismos o menos aparte de ser más pequeños, porque lamentablemente se han ido arrancando año a año y había amplias zonas en las que no se habían repuesto desde hace años. Las moreras sin fruto (especie que ya está teniendo problemas fitosanitarios en zonas como Ronda Poniente) y los aligustres que suelen podar de forma drástica y en forma de prismas no van a sustituir a grandes árboles, no van a ser refugio de fauna ni van a dar la sombra que daban los árboles que se han arrancado ahora y desde hace mucho tiempo.
Otra vez más esta actuación es totalmente contraria a la Agenda Urbana 2030 y a la jornada de Renaturalización de ciudades que se celebró cuando se discutía sobre esas cuestiones, no hay que irse a ningún sitio lejano, en la vecina Cieza, hay avenidas en las que han dejado que el arbolado adquiera más dimensión, los árboles grandes son más útiles, requieren menos mantenimiento y dejan más posibilidades de gastar en nuevas plantaciones o en jardinería general.
IU Verdes y Podemos consideran que no se puede llamar progreso a todo lo que significa cambio y especialmente cuando se pierde arbolado, porque en ese caso, sería más acertado llamarlo retroceso, por mucho que el asfalto y los adoquines sean nuevos, al fin y al cabo, una avenida, por definición, era normalmente una calle ancha con árboles a los lados y no con pequeños arbolitos casi arbustos.